La UE y China estudian fijar precios mínimos a la importación de coches eléctricos en vez de los actuales aranceles

Bruselas y China han comenzado una discreta negociación. Meses después de que una UE dividida aplicara aranceles adicionales a las importaciones de vehículos eléctricos fabricados en el gigante asiático, que invadieron el mercado comunitario por los subsidios de Pekín, ambos bloques han empezado a estudiar la imposición de precios mínimos a los coches en vez de los actuales aranceles.
Según ha adelantado Reuters, el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, ha hablado en las últimas horas con el ministro de ese área, Wang Wentao, y han llegado al acuerdo de analizar esa posibilidad. La agencia también recoge que el ministro chino ha asegurado que las negociaciones comenzarán “inmediatamente”. Sefcovic estuvo en Pekín en febrero para “fomentar una relación comercial más equilibrada y cooperativa”.
La posibilidad de introducir precios mínimos a los vehículos eléctricos procedentes de China no es nueva. Ya durante las negociaciones infructuosas antes de la imposición de aranceles planeó y en Bruselas eran partidarios de esa solución. Según Sefcovic, los precios mínimos tendrían la misma efectividad que los aranceles.
Con esos gravámenes adicionales, lo que buscaba la Comisión Europea era equiparar las condiciones de venta de los coches chinos, que cuentan con ayudas de estado multimillonarias que les permiten tener precios muchísimo más bajos, con los europeos.
Los aranceles, que comenzaron a aplicarse a finales de octubre y que se sumaron al 10% que ya estaba vigente, ascendían hasta el 35,3% (para SAIC y las compañías que no colaboraron con la investigación). Otros fabricantes que reciben subvenciones, como Geely o BYD, tienen recargos del 18,8% y el 17%, respectivamente. Los aranceles también afectan a las importaciones de los fabricantes occidentales que producen en China, como Telsa (7,8%), Dacio o BMW.
Diez países se posicionaron a favor del incremento de los aranceles, cinco los rechazaron y la mayoría (doce) se abstuvieron. España fue uno de los países que votó en blanco tras el cambio de posición que expresó Pedro Sánchez durante un viaje a China el pasado mes de julio, cuando pidió a la UE que reconsiderara su posición. En buena medida el viraje respondía a los intereses económicos que España tiene en el gigante asiático.
Precisamente Sánchez está de nuevo en Pekín en un intento por impulsar el mercado español y reducir el déficit comercial con China. El viaje se ha producido, además, en un momento en el que la UE se ha visto obligada a mirar de nuevo al gigante asiático ante la guerra comercial desatada por EEUU, que es su principal socio comercial.
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