El Dioni destapa, en 'Y ahora Sonsoles', el infierno que vivió dentro de la cárcel en Brasil: "Ojalá me hubieran metido en un centro penitenciario como el de Daniel Sancho"

Hace 35 años, el Dioni robó un furgón blindado de la empresa para la que trabajaba, cabreado por haberle bajado el sueldo y se fugó con todo el dinero a Brasil. Fueron 298 millones de las antiguas pesetas. Lo que hoy en día serían algo más de 1,7 millones de euros. Sin embargo, apenas pudo disfrutar dos meses de ellos.

Las autoridades brasileñas le capturaron dentro del apartamento en el que vivía y le torturaron a fin de saber dónde estaba el dinero. Este miércoles 9 de abril, el madrileño ha querido recordarlo todo en el programa de Antena 3 'Y ahora Sonsoles': "Yo no sé si fue un chivatazo, pero fue una cosa muy rara. Venía de las cataratas de Iguazú y llego a mi apartamento y, al poco, tocan a la puerta y abro y había allí una liada...", ha arrancado rememorando. 

"Me torturaron y me dieron palos para hacerme una cabaña. Me llevaron al mar, casi me ahogan, me metieron una pistola en la boca y me pusieron los testículos como albaricoques de las descargas que me daban. Llegué medio muerto, escalabrado en un ojo, la cabeza abierta…", ha continuado. La cosa no mejoró al llegar a la cárcel: "Ojalá me hubieran metido en una cárcel como la de Daniel Sancho, porque nadie sabe… esta cárcel nunca se ha filmado", ha comentado en el plató de Antena 3.

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"Había mosquitos, escorpiones… aquello era una barbaridad. Nos daban cuatro meses allí y a los cuatro meses decían 'venga, baño de sol', que salías y te lloraban los ojos". La cosa empezó a mejorar cuando pasaron los primeros ocho meses: "A los ocho meses 'Interviú' vino y me dio pelas y compré a todos los federales. Casi hacia el amor más dentro que fuera, porque como era el único que hablaba español", se ha vanagloriado.

"Tenía una botella de agua que era de whisky e iba a la que más me gustaba y le decía, ¿quieres? Pero aquello estaba lleno de lesbianas", ha comentado el exvigilante de seguridad. Y, para terminar, ha asegurado que ya no le queda nada de este dinero. Si es verdad o no, nunca lo sabremos.